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Diario de dos descastados

Kalbarri

Es un pueblecito (como todos los de la costa oeste, donde no abunda la población humana...) en el que un día cualquiera te puedes cruzar un pelícano enorme andando por la calle principal del pueblo... de hecho hay un punto en la playa donde les suelen dar de comer todos los dias (o muchos dias) por la mañanita, y un cuarto de hora antes tienes a unos cuantos pelícanos que se saben la hora perfectamente esperando en la orilla del mar a que llegue su papeo.

Este pueblo está prácticamente rodeado por el Kalbarri N.P. que aún siendo interesante de ver, es pleno desierto con todo lo q eso conlleva (bueno, una de las partes, hay otra zona al sur del pueblo que tambien es parque nacional pero con costa :-D). Total que en la guía leímos que estaba razonablemente cerca del puenblo, y efectivamente el centro de visitantes del parque está como a un cuarto de hora por la carretera, el problema es que para llegar a al´gun punto interesante del parque NO SE PUEDE acceder a pata ni mucho menos, no por ganas, sino porque significaría pasarse unas cuantas horas andando por el desierto y la gente de allí no se lo suele recomendar a los turistas...
así que de vuelta al pueblo alquilamos un 4x4 y recopilamos unos cuantos mapas del parque para hacernos unas rutas a pata. Despues de un rato largo de carretera de tierra llegamos a un parking donde había algún coche más y empezaba una ruta circular a pie, de unas 4 horas. Todo estupendo. Menos mal que llevamos mozzie-nets porque la cantidad de moscas que había allí era impresionante.. moscas del desierto, ansiosas de algo de humedad, con lo que rápidamente miles de moscas se abalanzaban contra cualquier parte húmeda del cuerpo, preferentemente la cara.. gracias a dios en las fotos apenas se aprecian las moscas y podemos recordar los paisajes :-D

Despues de una gran pateada por un recorrido muy bonito (sobre todo la parte de andar por la pared un risco con un río al fondo...) con algún punto más o menos complicado) nos pegamos una ducha y nos fuimos a otear los puntos de abastecimiento del pueblo. La verdad es que encontramos un par de sitios en los que en los días siguientes nos pusimos las botas de comer, platos en su mayoría de pescado, deliciosos, regados con generosas cantidades de cerveza... lo cierto es que se nos fue un montón de pasta con el capricho de la comida... pero bueno fue la venganza del hambre que pasamos en Tasmania unos meses antes...

Al día siguiente la mitad de la expedición se fueron a una excursion canoa-escalada-detodounpoco y la otra mitad cogimos el coche de nuevo y nos fuimos a ezplorar otra zona del parque. Encontramos unas calas alucinantes, todas ellas daba a mar abierto y en todas te prevenian de las "monster waves" que pudiera haber...

Además encontramos otra rutilla corta a pie por una zona llena de estromatolitos: plantas muy antiguas petrificadas (y en australia cuando algo es muy antiguo, lo es de verdad), y unas curiosas formaciones verticales al estilo de tubos finitos que atravesaban las rocas. Como los australianos para todo esto son muy organizados, en todos los puntos habian puesto una serie de cartelitos que explicaban lo que veías. En este caso eran agujeros de gusanos antediluvianos que se habian petrificado también...

Por la noche, más papeo y cervezas...

El día siguiente reservamos una excursion por el parque natural de karijini para un par de semanas despues, pero esto será otro capítulo...

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